No pude estar, pero desde hace días sabia que en Alagón se
olería a triunfo. Triunfo de Paulita y triunfo de la afición. Y con permiso,
triunfo de Carlos Moncin, porque cada día me sorprende más con su trabajo y del
que estoy tremendamente orgullosa.
Es bonito saber que una centenaria plaza casi se llena para
ver a dos toreros de la tierra. Plazas que tendrían que llenarse mas a menudo
de novilleros que se quieren forjar un futuro y demostrar su toreo antes de
inmolarse en plazas de primera.
Este no era el caso. En el ruedo se demostró que había un
torero de verdad. Un torero que debería estar en carteles de grandes ferias. Un
torero que se merece una oportunidad. Antonio Gaspar Paulita se gustó y se
lució. Como bien dice “Una del dos”, lo de Paulita es para verlo y vivirlo. Yo
no lo pude ni ver ni vivir, asi que prefiero callar, pero me quedo con todo lo que me han contado esta
mañana y con ganas de poder verlo donde se merece, toreando.
Mientras disfrutare con sus fotos….
Como vereis las fotos de hoy no son mias. Son de mi maestro, de mi ejemplo, de mi compañero de burladero y, sobretodo, de mi padre.
¡Gracias!
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